Estilos de Aprendizaje


MOTIVACIÓN Y ESTILOS DE APRENDIZAJE.


 SI YO ENSEÑO BIEN… ¿POR QUÉ NO APRENDEN MIS ESTUDIANTES?

En la actualidad podemos conocer mucho de cómo nuestras neuronas hacen sinapsis, gracias a los avanzados estudios de los neurocientíficos y al apoyo de criaturas tan elementales como es la liebre de mar pero que inigualablemente ha logrado ser de excelente ayuda para desentrañar como es que las neuronas de humanos funcionan ante un desafío cognitivo. Aplisia, un invertebrado marino, y casi desconocido para la gran mayoría de nosotros, pero que gracias a sus gigantescas neuronas ha permitido que los científicos puedan estudiar el funcionamiento de las neuronas y como responden ante estímulos. Gracias a esto en la actualidad podemos entender cómo se supone que las neuronas humanas “trabajan”. 

Si bien es cierto que Aplisia, muy notablemente ha participado del aprendizaje en el ser humano, pero también es cierto que conociendo todo la parte biológica de este proceso, aún sigue siendo materia de discusión el por qué nuestros estudiantes no aprenden. 

Por un lado podríamos intentar explicar este fenómeno, con la ayuda de las teorías de Simer, Downes y Cornier, quienes en el 2005, definen como una teoría del aprendizaje para la era digital “El conectivismo”. Y es, sin duda, la teoría que mayor impacto ha tenido en los últimos en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en el aprendizaje, acentuando su importancia debido a que la mayoría de nuestros estudiantes universitarios pertenecen a la generación digital, generación que es muy diferente a la nuestra, los inmigrantes digitales o en algunos casos los de la Baby Boomers (los mayores a 50 años) ya que nuestras costumbres, forma de relacionarnos, actuar, pensar e interactuar, comunicarnos y aprender, podríamos decir sin opción a equivocarnos es diametralmente diferente a las de nuestros hijos y/o nietos. 

Así mismo, también podríamos hablar sobre la “Reserva genética de la educación”, al respecto en el libro

“Mas allá del punto de ruptura” de Ken Robinson, en la que hace un estudio longitudinal a un grupo de estudiantes y a lo largo del tiempo logra comprobar como la formación en las escuelas e instituciones tradicionales como las que existen en la actualidad en muchos lugares y que su masificación es casi total, logra cercenar y/o atrofiar el pensamiento divergente, y claro como es natural eso trae una reacción natural en el estudiante que se siente violado y recortado ciclo a ciclo sus capacidades. 

Por otro lado y motivo del presente ensayo nos encontramos los estilos de aprendizaje, que intentará aproximarnos a una de las tantas soluciones que podríamos, de acuerdo a nuestra profundidad en la investigación, tratar de encontrar a nuestra pregunta inicial. 

A todos los docentes y me incluyo, hemos pasado por esta sencilla experiencia. Tengo dos grupos de estudiantes del mismo nivel educativo a los que imparto la misma asignatura con la misma metodología y el mismo entusiasmo y resulta que un grupo es exitoso, todos nos sentimos a gusto y aprenden con el ritmo adecuado, mientras con el otro grupo “no funciona”, decimos que “no hay química” entre nosotros. 

A la mayoría de docentes, cuando “fabricamos” nuestra clases pensamos consiente o inconscientemente cómo nos gustaría a nosotros recibir esta clase. Y así la preparamos y la impartimos. Sin embargo esto está bien para los que tienen mi estilo de aprendizaje que lo he convertido en estilo de enseñar. Pero resulta inadecuado para los estudiantes que tienen otra manera de aprender. 

Es evidente que las personas aprendemos de forma distinta, tanto niños, adultos y ancianos, personas de un país u otro, de una cultura u otra, algunos prefieren un tipo de ambiente, unos métodos, un grado de estructura, en fin tenemos estilos de aprender diferente. 

Muchas investigaciones han comprobado la diversidad de los estilos de aprendizaje. Encontramos estudiantes que organizan sus pensamientos de forma lineal, secuencial, mientras que otros prefieren un enfoque holístico. Estas formas de aprender pueden condicionar el uso de tiempo, la organización física de los ambientes, la planificación diaria, la visión de cambio y la perspectiva de futuro. Estas investigaciones también encontraron que las personas piensan de manera distinta, captan la información, la procesan la almacenan y la recuperan de manera diferente. 

Esta teoría de los estilos de aprendizaje ha venido a confirmar esta diversidad entre los individuos y a proponer un camino para mejorar los aprendizajes por medio de una reflexión personal y de las peculiaridades diferenciales en el modo de aprender. 

Keefe (1982) propone una definición para estilo de aprendizaje: “Los estilos de aprendizaje son los rasgos cognoscitivos, afectivos y fisiológicos, que sirven como indicadores relativamente estables, de cómo perciben los estudiantes, interaccionan y responden a sus ambientes de aprendizaje” los rasgos a los que hace mención Keefe, sirven como indicadores para identificar los distintos estilos de aprendizaje de los estudiantes y estos tienen la característica de ser relativamente estables. Es decir, se pueden cambiar, pero con esfuerzo y técnicas adecuadas y con un cierto tipo de ejercicios en las destrezas que se deseen adquirir. 

Frente a esta definición de los estilos de aprendizaje, existen investigadores que definen que el estilo cognitivo del aprendizaje, tiene una raíz genética y no suelen ser modificables, pero si las estrategias de aprendizaje. 

También encontramos a Rita y Kenneth Dunn (1977-1978) quienes aportan mucho a los estilos de aprendizaje, pero estos autores se centran más en estudiantes de educación básica y secundaria. 

Por su parte Dadid Kolb (1984), desde su perspectiva en los estilos de aprendizaje, muy extendidos en los adultos. Asevera que nuestra supervivencia depende de la habilidad para adaptarnos a las condiciones cambiantes de nuestro mundo, recibiendo clara influencia de Dewey y Piaget. Reflexionando en profundidad sobre las repercusiones de los estilos de aprendizaje en la vida adulta de las personas, según este autos, cada estudiante adulto enfoca su aprendizaje de una forma peculiar fruto de su herencia, la experiencia anterior y las exigencias del ambiente en el que se mueve. 
En esta propuesta de Kolb encontramos los siguientes estilos de aprendizaje: 
Estilo acomodador, relacionadas directamente con la acción. 
Estilo Divergente, relacionadas con las competencias de valorar. 
Estilo asimilador, relacionadas con las competencias de pensar. 
Estilo convergente relacionadas con las competencias de decisión. 

Así mismo también encontramos a P. Honey y A. Mumford, quienes afirman que todo el mundo es capaz de experimentar, reflexionar y elaborar hipótesis a partes iguales. Es decir que todas las virtualidades estarían repartidas equilibradamente. Pero lo cierto es que los individuos son más capaces de una cosa que de otra. En consecuencia los estilos de aprendizaje para estos investigadores son también cuatro: 
Activo, las personas con esta predominancia, se implican plenamente y sin perjuicios en nuevas experiencias, trabajan en grupo. 
Reflexivo, las personas con esta predominancia, les gusta considerar las experiencias y observarlas desde diferentes perspectivas. 
Teórico, las personas con esta predominancia, tienden a ser perfeccionistas, les gusta analizar y sintetizar. 
Pragmático, las personas con esta predominancia, es la aplicación de ideas, les gusta actual rápidamente y con seguridad con aquellas ideas y proyectos que les atraen. 
Esta clasificación no se relaciona directamente con la inteligencia porque hay gente inteligente con predominancia en diferentes estilos de aprendizaje. 

A manera de conclusión, todas estas teorías e investigaciones son importantes en la medida que el docente, pueda realizarse un autodiagnóstico y así poder orientar mejor su clase en comparación a los estilos de sus estudiantes.

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