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Evaluar, Medir y Calificar

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 Para comprender las diferencias entre "evaluar", "medir" y "calificar", es fundamental explorar el contexto pedagógico en el que estos términos se aplican. Aunque a menudo se utilizan de manera intercambiable, cada uno de estos conceptos tiene un significado y un propósito específico dentro del proceso educativo. Medir es un proceso cuantitativo que se enfoca en recopilar datos objetivos sobre el rendimiento de los estudiantes. La medición involucra la utilización de herramientas que permitan cuantificar el conocimiento, las habilidades o las competencias adquiridas. Por ejemplo, un examen de opción múltiple mide el grado de comprensión que tiene un estudiante sobre un conjunto específico de temas. No obstante, medir únicamente se enfoca en la recolección de datos y no ofrece un análisis profundo de los aspectos cualitativos del aprendizaje (Sánchez et al., 2019). Calificar , por otro lado, implica la asignación de un valor numérico o alfabético con base

Degradación de la educación

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  El pensamiento de Günther Anders, en la La obsolescencia del hombre (1956), profundiza en la crítica a la modernidad y la relación del ser humano con la tecnología. En este contexto, Anders plantea una serie de ideas sobre el control social y la manipulación que resulta de los avances tecnológicos y del condicionamiento cultural, advirtiendo sobre el peligro de que la humanidad quede obsoleta ante su propia creación. En primer lugar, Anders afirma que para evitar revueltas, no es necesario recurrir a la violencia, como lo hacía el régimen de Hitler. En cambio, plantea que el camino más efectivo es el condicionamiento colectivo, que empieza con la degradación de la educación. La reducción deliberada de la calidad educativa tiene el objetivo de limitar los horizontes de pensamiento de los individuos. Cuando el pensamiento humano se concentra en cuestiones triviales y materiales, disminuye su capacidad crítica, lo que facilita el control social. Anders, sostiene que, en un sistema así,

La Sociedad del Espectáculo

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  En su obra "La Sociedad del Espectáculo", Guy Debord plantea una crítica profunda sobre cómo las sociedades modernas están organizadas en torno a la imagen y la representación, más que a la experiencia directa. Debord introduce el concepto de "espectáculo" como una manifestación de las relaciones sociales mediadas por imágenes, donde el valor de las cosas no reside en su uso, sino en su apariencia y representación. El espectáculo como producto de la modernidad El espectáculo no se limita a ser un conjunto de imágenes o entretenimiento; es el resultado y el reflejo de las condiciones de producción modernas. Según Debord, la vida en las sociedades contemporáneas se organiza en torno a una acumulación de imágenes que se presentan como la realidad, despojando a las personas de una experiencia directa de su entorno. Todo lo que antes se vivía directamente se transforma en una representación abstracta. Esta separación entre la realidad y su representación es una caracte

Crítica de Chéjov a las sociedades fallidas

  El análisis de la cita de Antón Chéjov sobre las sociedades fallidas puede desglosarse en tres perspectivas principales: social, política y antropológica. Desde un punto de vista sociológico, la observación de Chéjov resalta el predominio de la mediocridad y la superficialidad en ciertas sociedades. Según esta perspectiva, la cultura popular y los fenómenos de masas tienden a favorecer lo trivial sobre lo sustancial. Pierre Bourdieu, un teórico social notable, habla de la "distinción" en la cultura, donde las clases sociales más altas y educadas tienden a tener un "gusto legítimo" por las artes elevadas y la literatura, mientras que las masas adoptan un "gusto popular" que frecuentemente valora el entretenimiento superficial y accesible. La cita de Chéjov alude a esta dicotomía, sugiriendo que en las sociedades fallidas, lo popular se convierte en el estándar, relegando las producciones culturales e intelectuales más profundas y reflexivas a un segundo p

Detrás del aparente éxito del Reggeaton

 El éxito del llamado género musical Reggeaton es un fenómeno que, si bien ha alcanzado dimensiones impresionantes en términos de popularidad y alcance global, también ha generado una profunda controversia en torno a su verdadera naturaleza y su impacto en la sociedad. Se ha convertido en un punto de discordia cultural y artística, donde se cuestiona si realmente merece ser considerado como un género musical legítimo o simplemente es un producto comercial manipulado por intereses oscuros. De hecho, llamarlo "género musical" puede ser un atropello lingüístico, ya que muchos argumentan que carece de los elementos fundamentales que definen a la música en su forma más pura y artística. Detrás del aparente éxito del Reggeaton, se vislumbra la sombra de las mafias de las disqueras, que operan bajo la dirección de las élites económicas. Estas entidades poderosas encuentran en el Reguetón una herramienta efectiva para mantener a la sociedad en un estado de distracción y alienación. L

Análisis del Covid-19

La radiografía del Covid-19  Existen muchas interrogantes, respecto a este virus, a su procedencia, origen e influencia en la sociedad, respecto a lo que dejará en el mundo cuando la enfermedad disminuya su intensidad o sea controlada. En algunos casos son preguntas impulsadas más por miedo que por la inteligencia, con la esperanza de recibir alguna respuesta tranquilizadora, y es justamente estas “respuestas tranquilizadoras” que vienen a ser el opio de una sociedad por la falsa sensación de seguridad. Cuando revisamos las redes sociales, algunas empresas que capitalizan la noticia, malos funcionarios que buscan mantener y acrecentar el pánico desmedido, como si disfrutasen sádicamente de un sufrimiento generalizado, cuyas herramientas son: la fake news, los deepfakes y la cultura del like. Provocando en la población una violenta y exagerada reacción de pánico, y no es para menos esta reacción, visto que el homo sapiens, quien hace tiempo se comporta como homo videns (Sartori,
Determinándose los artefactos políticos  Quienes se regocijan detrás del telón y de la mera expectación sin declarar su inconformismo y activar los mecanismos y herramientas que la república, fundada en la sociedad libre cuenta, para cuando “artefactos políticos” la amenazan, nacidos en noches execrables donde la asquerosidad y enmierdamiento manchan a la comunión santa de quienes un día decidieron dejar la impasividad y la agónica espera y esgrimieron la bandera de una sociedad o grupo político con la más noble misión de querer una república limpia y duradera. Están siendo superados, pero no en ética ni libertad, sino, opacando la noble misión del hombre político. Es un llamado de atención a quienes pretenden sustraerse al llamado de la política, con la pobre doxa de quienes intentan sustentar la no participación, pues para no ser político, el único requisito es ser o una bestia o un dios, en palabras del gran Aristóteles. La política hace referencia al peculiar nivel de la naturale