Detrás del aparente éxito del Reggeaton

 El éxito del llamado género musical Reggeaton es un fenómeno que, si bien ha alcanzado dimensiones impresionantes en términos de popularidad y alcance global, también ha generado una profunda controversia en torno a su verdadera naturaleza y su impacto en la sociedad. Se ha convertido en un punto de discordia cultural y artística, donde se cuestiona si realmente merece ser considerado como un género musical legítimo o simplemente es un producto comercial manipulado por intereses oscuros. De hecho, llamarlo "género musical" puede ser un atropello lingüístico, ya que muchos argumentan que carece de los elementos fundamentales que definen a la música en su forma más pura y artística.

Detrás del aparente éxito del Reggeaton, se vislumbra la sombra de las mafias de las disqueras, que operan bajo la dirección de las élites económicas. Estas entidades poderosas encuentran en el Reguetón una herramienta efectiva para mantener a la sociedad en un estado de distracción y alienación. Les conviene que las masas estén sumidas en la ignorancia y la estupidez, ya que así son más fáciles de controlar y manipular. Es una estrategia maquiavélica que promueve la adicción, el consumo de drogas, la promiscuidad sexual descontrolada y una vida irresponsable.

El mensaje del Reguetón es una fantasía construida sobre cimientos frágiles y distorsionados. No es música en el sentido tradicional, sino más bien una amalgama de sonidos diseñados para atraer a las masas con su aparente facilidad de digestión y su ritmo pegajoso. Es un disfraz latinizado y superficializado de un movimiento social que, en lugar de elevar y enriquecer la cultura, promueve sus peores deformaciones. Aprovechándose de la ingenuidad e ignorancia de gran parte de la juventud, el Reguetón se presenta como una válvula de escape de la realidad, pero en realidad refuerza los estereotipos más negativos y dañinos de la sociedad.

Detrás de las letras aparentemente inocentes y los ritmos contagiosos del Reggeaton, se esconde un entramado de intereses corporativos y políticos que buscan mantener el control sobre las masas. Es un tema de mafias que operan en las sombras, manipulando el mercado musical y dictando qué es lo que debe ser popular y aceptable para el consumo masivo. El lenguaje mismo ha sido víctima de esta distorsión, siendo destrozado y desfigurado en las letras de estas canciones que usurpan el nombre de la música y la prostituyen en aras del lucro y el poder.

El impacto del Reggeaton va más allá de la mera cuestión estética o artística. Se trata de una fuerza cultural y social que moldea la forma en que las personas perciben el mundo y se relacionan entre sí. Su omnipresencia en los medios de comunicación y en la cultura popular ha normalizado comportamientos y actitudes que antes eran considerados tabú o inaceptables. La glorificación de la violencia, el sexo desenfrenado y el consumo excesivo de drogas se ha convertido en moneda corriente en las letras del Reggeaton, perpetuando un ciclo de degradación moral y espiritual, incentivando al desprecio del sexo femenino en una total y decadente estampida de misoginos parlantes y escuchantes.

A medida que el Reggeaton continúa dominando las listas de éxitos y conquistando nuevos territorios en todo el mundo, es importante reflexionar sobre su verdadero significado y sus implicaciones para la sociedad. ¿Es simplemente una forma de entretenimiento inofensiva o representa una amenaza para los valores y la integridad cultural? ¿Qué papel juegan las grandes corporaciones y las élites económicas en la promoción y perpetuación de este fenómeno? Estas son preguntas que merecen ser exploradas y debatidas con seriedad y honestidad, ya que el futuro de nuestra sociedad y nuestra cultura depende en gran medida de cómo respondamos a los desafíos que plantea el Reggeaton y otros fenómenos similares.